FIN
A menudo, cuando terminamos de leer un libro a pensamos ¿Y ahora qué? ¿Qué pasará con los personajes? Pero nunca nos hemos parado a pensar que eso realmente pasa en nuestra vida. Y con suerte, muchísimas veces.
El final de una etapa se puede asemejar al final de un libro, eso que llamamos pasar página. El fin del instituto, el fin de la universidad, un traslado si eres interino o mudarte a otro país cuando en el tuyo no te puedes quedar. Todo eso son finales, pero entre medio, podemos meter otras páginas, libros complementarios: una Erasmus, un viaje importante de negocios o de placer con tus amigos, pareja, familiares cercanos... Y otras veces son libros con un final triste: una ruptura, un fallecimiento, un suspenso... Pero creo que de todas se puede sacar algo positivo e incluso aprender de ello. Hasta en los casos más dramáticos. Sí. Estoy convencido. Es más, a veces los finales son hasta necesarios, para bien o para mal.
Pero mientras, en nuestra mente seguiremos pensando qué habrá pasado con Harry Potter, Frodo o Bastián de La Historia Interminable. O con aquellos que un día dejamos o nos dejaron atrás. Y mientras, seguiremos también esperando el próximo final. Hasta la hora del último anexo.
FIN